Fitoterapia y Aromaterapia.

Cuando hablo de Herboquímica, me refiero al conjunto de disciplinas que toman en cuenta las propiedades químicas de las plantas, y de las cuales la Fitoterapia y la Aromaterapia son las maestras. Junto con la dieta y los complementos dietéticos, las plantas medicinales juegan un papel clave a la hora de nutrir y regular las funciones orgánicas. Además, las plantas medicinales destacan por sus principios activos, teniendo efectos muy específicos sobre nuestros diferentes sistemas orgánicos. Una planta puede actuar en varios órganos o funciones al ser naturalmente versátil. Una sola planta puede actuar a nivel nervioso, circulatorio y hormonal, por ejemplo. Por ello, su uso las hace muy interesantes para tratar problemas sistémicos o del eje neuroendocrino. 

Asimismo, las plantas tienen un equilibrio y una coherencia entre sus diversos elementos (o principios activos), ya que se trata de un organismo entero y complejo. Por lo tanto, la sinergia natural que lleva esta medicina la puede hacer más interesante que la toma del principio activo aislado. Son grandes reguladoras y trabajan a niveles profundos para restaurar equilibrio y salud. De hecho, no es por nada que se usan desde la antigüedad y que están en el origen de la medicina moderna. Además, sus variadas formas terapéuticas les otorgan grandes posibilidades de uso según la afección. Tisanas, extractos secos, tinturas, ungüentos, aceites esenciales y muchas más fórmulas proporcionan un uso tanto interno como externo, respetando tu cuerpo. Las plantas nos enseñan cada días más sus secretos que parecen infinitos, así que no hay excusa para no tomarlas.